‘Documentos TV’ presenta esta semana el documental ‘Irak, tierra de milicias’, que investiga cómo diversas facciones armadas han establecido un sistema paralelo al Estado en Irak. El documental destaca eventos clave desde la toma de Mosul por grupos yihadistas en 2014 hasta la creación de las Unidades de Movilización Popular, impulsadas por una fetua del ayatolá Al-Sistani. A pesar de la victoria sobre Dáesh en 2017, estas milicias siguen operando y controlando aspectos de la vida iraquí, manteniendo su influencia en el tejido político del país.
‘Documentos TV’ presenta esta semana su nuevo trabajo titulado ‘Irak, tierra de milicias’, un documental que profundiza en el papel de diversas facciones armadas que han emergido como un sistema paralelo al Estado iraquí, ejerciendo un control significativo sobre la sociedad. Este análisis se centra en los eventos críticos que comenzaron el 10 de junio de 2014, cuando grupos yihadistas lograron apoderarse de Mosul, la segunda ciudad más grande del país.
Antes de la caída de Mosul, los extremistas habían tomado también Faluya y Ramadi, estableciendo un califato islámico que abarcaba territorios tanto en Siria como en Irak. En este contexto, el Ejército iraquí se desmoronó rápidamente ante el avance de los combatientes suníes de Dáesh hacia Bagdad. El general de milicia Al-Hamdani recuerda con preocupación: “Si Bagdad caía, todo estaría perdido”. Ante tal amenaza, el ayatolá Al-Sistani emitió una fetua instando a los jóvenes iraquíes a levantarse y combatir a Dáesh, lo que llevó a la creación de las Unidades de Movilización Popular.
El excombatiente Hussam Ali Faris expresa su satisfacción al ver cómo muchos se unieron a las fuerzas de seguridad para enfrentar la crisis. Sin embargo, es importante señalar que detrás de estas milicias se encontraba Irán, que proporcionaba financiamiento y recursos humanos para proteger a sus correligionarios chiitas en Irak y salvaguardar sus fronteras contra los yihadistas. Así, Teherán se alineó con la lucha contra Dáesh.
A medida que las tensiones aumentaban, en 2014 Estados Unidos decidió suspender su confrontación con el régimen iraní y formó una coalición internacional compuesta por más de veinte países para bombardear a los yihadistas mientras recuperaban ciudades clave. Durante este proceso, surgieron dos figuras prominentes entre las milicias: el general Soleimani y su segundo al mando, Abou Mahdi al-Mohandis. Ambos fueron asesinados en un ataque aéreo en 2020, una acción ordenada por el presidente Trump que buscaba evitar un conflicto mayor entre Estados Unidos e Irán.
A pesar de la victoria definitiva sobre Dáesh en diciembre de 2017, lo esperado era que estas facciones se desmovilizaran. No obstante, hoy día no solo permanecen activas sino que están mejor armadas que nunca, manteniendo un control férreo sobre Irak. Aunque se presentan como una fuerza de seguridad leal al gobierno iraquí, estas agrupaciones son heterogéneas y a menudo enfrentadas entre sí, cada una liderada por figuras autoritarias que dominan diversos aspectos de la vida pública iraquí.
Vali Nasr, experto en Oriente Medio de la Universidad Johns Hopkins, subraya que “las Unidades de Movilización Popular forman parte integral del tejido político actual” en Irak. Esta situación plantea interrogantes sobre el futuro del país y el verdadero alcance del poder estatal frente a estas milicias armadas.
El documental 'Irak, tierra de milicias' es una investigación que revela cómo las facciones armadas en Irak han sido institucionalizadas como un sistema paralelo al Estado y cómo controlan a la sociedad iraquí.
Se menciona la toma de control de Mosul por grupos yihadistas el 10 de junio de 2014, así como la creación de las Unidades de Movilización Popular tras una fetua del ayatolá Al-Sistani que llamaba a los jóvenes iraquíes a luchar contra Dáesh.
Irán financió y apoyó a las milicias chiitas para defender a sus correligionarios iraquíes y proteger sus fronteras frente a los yihadistas, convirtiéndose en un actor clave en la guerra contra Dáesh.
Estados Unidos suspendió su enfrentamiento con el régimen chiita e inició una coalición internacional para combatir a los yihadistas, llevando a cabo bombardeos masivos mientras se recuperaban ciudades ocupadas.
A pesar de la victoria final sobre Dáesh en diciembre de 2017, las milicias no solo no se desmovilizaron, sino que continúan armadas y ejerciendo control sobre Irak, presentándose como un órgano de seguridad que responde al gobierno iraquí.