El fallo de las series españolas es querer convertirlas en una película porno. No se llega hasta ese extremo porque en televisión no está permitido ver escenas pornográficas y menos en horario infantil y de prime time.
Nos quieren vender carne. Carne igual a audiencia, audiencia igual a dinero. Esta era una fórmula que funcionó durante la época en la que a Mario Casas le hacían quitarse la camiseta hasta coger un resfriado, pero ya no. El espectador ha evolucionado igual que han evolucionado la calidad de las series.
Desde los inicios de la ficción española siempre se ha pecado en dar más importancia a las relaciones amorosas entre los personajes que a la propia trama central convirtiéndose el amor en el eje de la serie. Como un ejemplo reciente seleccionado al azar tendríamos ‘El Príncipe’, serie protagonizada por Álex González e Hiba Abouk que trataba temas de drogas y yihadismo, pero lo único que se quería saber es si ambos protagonistas terminaban juntos.
Centrarse en el amor y el sexo es meter tramas innecesarias a las series, como bien pasa en ‘La casa de papel’, la nueva serie de Antena 3 que perfectamente podría llamarse ‘El atraco más largo de la historia’ porque dura exactamente 18 capítulos.
¿Cómo se pueden rellenar 18 capítulos? Con tramas calzador que aburren al espectador. Este pasado martes 30 de mayo se emitió el quinto capítulo, un episodio que no avanzó en absoluto. Los seguidores de la ficción se quedaron en el mismo punto que en el cuarto capítulo. Este podría ser uno de los principales motivos del descenso preocupante de audiencia semanalmente.
‘La casa de papel’ no se sostiene por ningún lado, soplas y se te cae encima. Es un tema original, pero no da mucho de sí. Una película hubiese sido exitosa, incluso una mini serie, pero con tantos capítulos más de uno empieza a cojear.
Le salva la gran calidad. Un gran equipo técnico que se esconde detrás de unos maravillosos actores. Esta serie junto a otras como ‘Vis a vis’ será recordada como un gran cambio en la ficción española que tan retrocedida estaba respecto a series americanas y británicas tan idolatradas. En España se empiezan a hacer las cosas bien. Empiezan a estar a la altura, sino fuera así no comprarían nuestros proyectos tantos países.
